Desde el 2011 la Cámara de Comercio de Puerto Rico (CCPR) ha trabajado en distintas variantes de una misma reforma laboral. La cual, al ser presentada bajo distintos nombres a través de los años, ha sido constantemente criticada y su aprobación no ha sido exitosa o ha sido aplazada. Es entonces, el proyecto de la Ley de Transformación y Flexibilidad Laboral (2017), una mitosis del P. De la C. 2696 del año 2015. La ley de Transformación y Flexibilidad Laboral fomenta (en miras a un mejoramiento económico, de productividad y de competitividad) el acceso de mercados mayores (Estados Unidos, Brasil, Canadá, entre otros) para que puedan invertir en Puerto Rico. Esto a través de la eliminación de la burocracia (o exceso de regulación laboral) que actualmente obstaculiza a las grandes corporaciones la entrada a nuestros mercados. En otras palabras, estas son medidas de austeridad o enmiendas que vuelven mas rígido y precario el trabajo en Puerto Rico. A la misma vez, aportan y alivian las cargas económicas y legales de los patronos de las grandes corporaciones (ElNuevoDia.com, 2011; Santiago Rivera, 2016; Ruiz Kuilan, 2017).
Las medidas de austeridad económica y fiscal se continúan justificando como un mal necesario e inevitable que pronto pasará sin lograr su cometido, más allá de la imposición injusta de medidas que degradan tanto el ambiente laboral, como al trabajador puertorriqueño y a la sociedad en su suma total. Estas medidas también incluyen: trabajos menos remunerados, disminución de beneficios (ej. Licencia de Enfermedad), aumento en las horas de trabajo para poder recibir beneficios con la pseudo- flexibilidad sin paga a tiempo extra (overtime), aumento en el periodo probatorio de 3 meses a 18 meses, cambios en la contratación ya sea verbal o escrita, entre otros.
La llamada “flexibilidad y transformación” que propone este proyecto entonces se convierte en una impunidad al trabajador. Las medidas propuestas en el nuevo proyecto de ley tienen limitaciones ambiguas. Estas requieren la implementación de medidas reguladoras adicionales para poder salvaguardar los derechos de todas las partes. De esta forma, la corporación como ente patronal no podría incurrir en un abuso de autoridad y de confianza con el empleado. La confianza debería crearse cuando una persona decide trabajar para una organización creando un enlace afectivo y psicológico con esta.
Por otro lado, este proyecto le da al patrono un poder adicional de clasificar a aquellos trabajadores que entran a su organización como ellos lo entiendan necesario. Esto lo harían sin considerar la carga de horas de trabajo ni su dependencia económica (Santiago Rivera, 2016). Adicional a que le permite una ventana de oportunidad a la evasión contributiva federal y local.
Imagine un empleado trabajando a tiempo parcial clasificado como un “contratista independiente”, que a su vez trabaje con la misma o mayor carga de un empleado a tiempo completo. Este empleado se estaría esforzando más, mientras que no recibiría beneficios algunos, a la vez que se le sobrecargaría emocional, físico, espiritual y psicológicamente. De esta manera, aunque se flexibilizan la rigurosidad y el cumplimiento con las leyes laborales, se mantiene abierta una puerta del continuo detrimento de la dignidad del trabajador al igual que su deterioro a su salud.
El trabajo tiene consecuencias, ramificaciones y repercusiones en todos los distintos aspectos de nuestras vidas; tanto como individuos al igual que como seres sociales pertenecientes a un espacio geográfico. Al analizar este proyecto junto a las distintas expresiones públicas vertidas por varios expertos de la Economía (Rivera Vargas, 2017) y la Política (Díaz, 2015) he identificado que continúan olvidando la complejidad del impacto macro y micro social. Se mantienen enfocados en un solo factor social (la economía), otorgándole a este la mayor importancia sobre todos los demás factores que componen nuestra sociedad. Olvidando así que somos nosotros, los puertorriqueños, seres humanos y sociales quienes crean, modifican y ponen en movimiento o en completo detenimiento lo que ocurre en el país. Han ido automatizando al trabajador, regresando a la industrialización de la mente y a la adoctrinación del espíritu humano. De esta forma mantienen su vista sujetada a su propio esclavizador sin espacio, ni tiempo, ni ocurrencia de poder explorar lo que sería su vida sin ello.
Por lo tanto, estas medidas, de aprobarse, exacerban aquellos riesgos psicosociales y factores de riesgo tanto en el trabajo como en la sociedad (Gil Monte, 2014). En cuanto al trabajo se refiere, este proyecto fomentaría condiciones que podrían propiciar problemas de la salud en el trabajo como: estrés laboral, conflicto y la violencia laboral, síndrome por quemazón en el trabajo, depresión, adicción al trabajo o al alcohol u otras drogas sin importar su ilegalidad. Esto, sin mencionar todas las enfermedades y condiciones físicas y psicológicas que pueden derivarse de pertenecer a un ambiente de trabajo austero, rígido y severo.
Todo esto debido a que habría una intensificación del trabajo, fuertes exigencias y demandas emocionales (especialmente en los sectores de servicio como: profesionales de la salud), un mayor desequilibrio y conflicto entre la relación vida laboral, familiar y personal .
Con estas medidas se pretende aumentar la productividad, hacer el mercado puertorriqueño más competitivo, incrementando las horas de trabajo mensual bajo la falsedad de la flexibilidad; cuando realmente, al ver el panorama amplio están aportando a la facilitación de mayores riesgo de violencia en todas sus expresiones, de injusticia organizacional, de falta de salubridad, aumento al costo de vida pero encarecimiento de la calidad de vida a todos los distintos sectores socioeconómicos del país por igual. Por lo tanto, no están promoviendo una igualdad ni proponiendo una ventaja competitiva si no una continua opresión y estancamiento económico, psicológico y social.
Como Presidenta y fundadora de Linterna LLC, debo establecer claramente que apoyamos no solo la salud de los empleados en Puerto Rico, sino que también las medidas legales y reguladoras que fomenten la salud psicológica de las organizaciones. Es por esto que no apoyamos la ley de transformación y flexibilidad laboral, debido a las razones establecidas previamente. Por último, como psicóloga industrial-organizacional debo recalcar que las medidas de austeridad podrán beneficiar a las organizaciones multinacionales, pero ponen en riesgo la presencia y sustentabilidad de pequeñas y medianas empresas puertorriqueñas, afectando a la vez el consumo local.
Referencias:
Díaz, M. (2015, 26 de octubre) Nociva la reforma laboral para la economía. El Nuevo Día. Buscado de http://www.elnuevodia.com/negocios/finanzas/nota/nocivalareformalaboralparalaeconomia-2117429/
Gil-Monte, P.R. (Coord.) (2014). Manual de Psicosociología Aplicada al trabajo y a la prevención de los riesgos laborales. Madrid: Pirámide.
Nueva propuesta de reforma laboral (2011, 8 de mayo). El Nuevo Día. Buscado de http://www.elnuevodia.com/negocios/finanzas/nota/nuevapropuestadereformalaboral-960049/
P. de la C.__ (2017, 9 de enero) Ley de Transformación y Flexibilidad Laboral. Microjuris.com. Buscado de
https://noticiasmicrojuris.files.wordpress.com/2017/01/transformacion-y-flexibilidad-laboral-camara-1.pdf
Rivera Vargas, D. (2017, 10 de enero) Economista berre el piso con reforma laboral de Roselló. Primera Hora. Buscado de http://www.primerahora.com/noticias/gobiernopolitica/nota/economistabarreelpisoconreformalaboralderossello-1199171/)
Ruiz Kuilan, G. (2017, 10 de enero) Ricardo Roselló presenta su reforma laboral. El Nuevo Día. Buscado de http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/ricardorossellopresentasureformalaboral-2279481/
Santiago Rivera, C.A. (2016) Diez años de crisis, flexibilidad laboral y medidas de austeridad en Puerto Rico. Lex Social: Revista Jurídica de los Derechos Sociales, 6(1), 201-240. Buscado de http://www.upo.es/revistas/indez.php/lex_social/index